El análisis de suelos agrícolas es una herramienta fundamental para un correcto programa de fertilización
El análisis de suelos agrícolas es una técnica compleja que une diversos métodos analíticos con sus respectivas extracciones, básicamente remueve los nutrientes más importantes del suelo (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, sodio, azufre, boro, hierro, cinc y manganeso) y mide su disponibilidad para la planta. El análisis de suelos también mide el pH del mismo, el cual está directamente relacionado con la disponibilidad de nutrientes.

Basado en la información obtenida por el análisis de suelos se puede hacer un cálculo de la cantidad de fertilizante a aplicar. La ventaja de realizar un análisis de suelos es que el programa de fertilización se hace en base a lo que la planta requiere, disminuyendo así la perdida de fertilizantes.

La profundidad normal para la toma de muestras es de 15 a 30 cm en una superficie recientemente establecida y el número de muestras debe ser representativo del área. La muestra a enviar al laboratorio de análisis es una mezcla de 10 a 15 submuestras.

Es importante considerar que realizar un análisis de suelos agrícolas es tan importante como realizar un análisis del agua de riego considerando que la relación de absorción de sodio (RAS) y la conductividad eléctrica (CE) del agua de riego pueden afectar la estructura del suelo. Considerando que el sodio tiene un efecto dispersante de las partículas de suelo y las sales, tienen un efecto floculante en las mismas.

De modo que la relación de CE/RAS es un importante parámetro a considerar en el manejo de la estructura del suelo. En el caso que el agua de riego tenga una baja CE (menor a 1 dS/m) y una RAS de 5 o más, existirán problemas de infiltración de agua en el perfil de suelo, que deben ser manejadas.